Desayunar reduce el riesgo de sobrepeso
Hábitos alimentarios y sobrepeso.
(La Nación)
NUEVA YORK (The New York Times).- Un equipo de investigadores norteamericanos hallaron evidencias que sugieren que mamá tenía razón: el desayuno quizá sea la comida más importante de todas. Un nuevo estudio muestra que cuanto más frecuente es el hábito de desayunar entre los adolescentes, menores son las probabilidades de que tengan sobrepeso.
Los científicos examinaron los hábitos alimentarios y de actividad física de 1007 chicos y 1215 chicas con una edad promedio de 15 años al comienzo del estudio. Encontraron una relación directa entre la costumbre de desayunar y el índice de masa corporal (IMC): cuanto más frecuentemente lo hacían los adolescentes, menor era su IMC.
No está claro por qué no desayunar lleva a tener menos kilos de más. El trabajo halló que quienes desayunaban consumían grandes cantidades de carbohidratos y fibra, pero menos calorías en forma de grasa y realizaban más ejercicio.
El consumo de alimentos ricos en fibra probablemente mejore los niveles de insulina y glucosa, haciendo que las personas se sientan más satisfechas y menos proclives a comer más durante el resto del día.
"El consumo de comida durante el desayuno parece influir en la actividad -dijo Donna Sprujit-Metz, profesora asistente de medicina preventiva de la Universidad de California del Sur, que no participó del estudio-. Quizá los chicos que toman desayuno consumen menos alimentos refinados y más que contienen fibra."
Patrones alimentarios
Para el estudio, que aparece en la revista Pediatrics, los investigadores registraron la ingestión de alimentos e incluyeron preguntas para determinar el comportamiento y las presiones sociales que influyen sobre la alimentación. Por ejemplo, preguntaron si los adolescentes estaban preocupados por su peso, si salteaban comidas para perder peso, si habían recibido burlas relacionadas con su peso y con qué frecuencia habían realizado dietas. También se les preguntó cuánto ejercicio realizaban.
Cerca de la mitad de los adolescentes desayunaban intermitentemente, pero las mujeres eran más propensas a saltear esa comida y los varones más tendientes a realizarla. Las mujeres que siempre desayunaban tenían una dieta con más contenido de colesterol, fibra y calorías totales que aquellas que salteaban esa comida; los varones que siempre desayunaban consumían más calorías, más carbohidratos y fibra, y menos grasas saturadas que quienes salteaban esa comida.
Al comienzo del estudio, quienes desayunaban todos los días tenían en promedio un IMC de 21.7, de 22.5 quienes desayunaban en forma intermitente, y 23,4 quienes nunca desayunaban. En el transcurso de los 5 años que duró el estudio, el IMC se incrementó según ese mismo patrón.
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