sábado, 11 de junio de 2011

(Br J Clin Pract) MBE y Web 2.0 ¿amigos o enemigos? | Sala de lectura



(Br J Clin Pract) MBE y Web 2.0 ¿amigos o enemigos? | Sala de lectura | La Nueva Relación Paciente-Médico | Scoop.it
Imagina por un momento uno de tus pacientes. Es un varón de mediana edad, con un nivel educativo medio-alto, conexión a Internet en el trabajo y en casa y, por tanto, con cierta habilidad para manejarse por la Red. Imagina que tiene un diagnóstico de depresión. Nada grave. Pero requerirá tratamiento farmacológico. Ahora que está de baja y tiene más tiempo libre, podrá dedicar parte de su tiempo a buscar información sobre su enfermedad. Encuentra varios sitios interesantes. Y un blog -como éste, como tantos- en el que ocasionalmente se habla de depresión. Se siente tan interesado por lo que lee, que decide subscribirse. Más adelante, decide compartir su pequeño gran descubrimiento con otros pacientes deprimidos a través de un foro. Pronto, la discusión salta a las redes sociales, a través de Twitter o Facebook: allí, los pacientes cuentan sus experiencias, hablan de sus tratamientos y de los médicos que les atienden. Cuando nuestro paciente vuelve a la consulta, dispone de una información adicional que desea contrastar con su médico, al que además, quiere expresarle sus preferencias. De esta forma, su tratamiento puede quedar parcial -o totalmente- condicionado por la Web 2.0. La experiencia de su conversación con el médico, la discusión sobre las decisiones a considerar y su participación en las mismas, también será compartida con otros pacientes. Será tuiteada, o formará parte de la entrada/comentario de algún blog, en una espiral que retroalimenta este fenómeno…

Lo que acabamos de describir, es un ejemplo de paciente empoderado, al que podríamos definir como alguien que se preocupa por su enfermedad, que desea tener información sobre la misma -a veces, información exhaustiva- que contrasta con otros pacientes como él y, como no, con su médico. En definitiva, es alguien que quiere participación y poder de decisión. ¿Cómo debemos gestionar los profesionales sanitarios lo que ya es una realidad en las consultas? ¿Qué pasará con los médicos 1.0 que se vean literalmente avasallados por pacientes que son capaces de manejar con soltura la información biomédica que atesta Internet?

Un problema añadido es que muchos de los pacientes que dominan la Web 2.0 no tienen elementos de juicio para distinguir entre las fuentes fiables y las que contienen información incompleta, interesadamente tergiversada o, directamente, errónea. ¿Cómo puede afectar este fenómeno a la implementación de una Medicina Basada en la Evidencia? O dicho de otra forma, desde esta perspectiva, es la Web 2.0 un enemigo íntimo de la MBE?

Una buena noticia es que esta calle es de doble sentido: la Web 2.0 puede socavar los cimientos de la MBE. O puede ayudarnos a difundir entre los pacientes una información sobre sus enfermedades y tratamientos científica, objetiva, completa y actualizada. Por tanto, como profesionales sanitarios, no podemos ignorar un fenómeno -la democratización de la información- que afecta a todos los ámbitos de la Sociedad. Y en este contexto, las autoridades sanitarias no pueden olvidarse de los pacientes: experiencias como NHS Choices, nos muestran un camino poco transitado en España. Ahora que difundir la información es más barato y fácil que nunca, no hay excusas para no generar canales de información sanitaria de calidad dirigidos específicamente a los pacientes. Tampoco las hay para no dar respuesta a los titulares de prensa con información sesgada o milagrera. Si este pequeño gran esfuerzo no se hace, nos podemos enfrentar a pacientes torticeramente empoderados. Y esto sería un escollo más para la MBE de la que, precisamente ellos, son los principales beneficiarios.

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