domingo, 29 de mayo de 2011

Comunicación en línea entre médicos y pacientes

Hasta qué punto se implica el paciente en los avances TIC? ¿Son efectivas este tipo de medidas? Una muestra de ciudadanos de siete países de la Unión Europea consultados entre abril y mayo de 2007 respondieron acerca de su uso de Internet con respecto a pedir recetas, concertar vista y obtener un diagnóstico. También se les preguntó sobre las expectativas personales en relación al impacto de la Red en las relaciones médico-paciente.

La calidad de la asistencia sanitaria depende en buena medida de una buena comunicación entre médico y paciente. Los conceptos Sanidad 2.0 y Medicina 2.0 empiezan a ser familiares y dejan entrever que mediante las nuevas tecnologías mejorará el acceso a la sanidad, la calidad de la información médica, la gestión de los recursos y hasta se reducirán gastos.

Este trabajo presenta datos de la Segunda encuesta de sobre tendencias en la e-Health de 2007 para descubrir qué tipo de uso se da de Internet para interactuar con los profesionales médicos en siete países de la Unión Europea; más específicamente se pide información sobre la obtención de recetas, concertar citas o conseguir un diagnóstico. Se pone especial atención a los servicios Web y al correo electrónico como herramientas para elegir médico y cierra el estudio con un análisis del perfil del consumidor potencial de eSalud.

Para llevar a cabo el estudio se realizaron entre abril y mayo de 2007 un conjunto de encuestas telefónicas con soporte informático a 1.000 ciudadanos de los siguientes países: Dinamarca, Alemania, Grecia, Lituania, Polonia y Portugal. Para no obtener sesgos de edad se definieron seis grupos diferenciados por género y edad, asegurando siempre la aleatoriedad de los encuestados.

La encuesta constó de tres preguntas. La primera preguntaba por el propósito del contacto con el médico a través de Internet. La serie de respuestas no cerradas incluyó “pedir una receta”, “concertar una visita” y “preguntar por cuestiones sanitarias específicas”. La segunda trataba las expectativas de futuro pidiendo al encuestado que considerara si era (1) improbable o (5) muy probable establecer contacto con su médico para concertar o cambiar una cita vía Internet durante el año a seguir. La pregunta C quiso responder a la importancia concedida (del 1 al 5) en el momento de buscar un nuevo médico de poder renovar recetas por Internet, concertar o cancelar citas online o de establecer comunicación por correo electrónico.

Los resultados muestran que el uso de Internet en la comunicación con los profesionales médicos es aún un fenómeno poco frecuente en Europa. EL resultado estimado del uso de Internet para los servicios mencionados es muy bajo en los siete países en cuestión. Con la excepción de Dinamarca, en la mayoría de países no se usa para tratar con los pacientes ni siquiera en un ámbito administrativo.

La evolución del uso en los 18 meses que separan los dos estudios sobre tendencias en eSalud no es muy significativa. A pesar de todo, conviene hacer el análisis sobre el marco legal, así como en el desarrollo tecnológico.

En Grecia el marco legal sobre la receta electrónica y el reembolso continúa sin completarse. En Alemania  aún se está testando una tarjeta sanitaria electrónica, mientras que la receta electrónica no ha entrado en vigor. Polonia no posee políticas ni legislación de ningún tipo que apoye la consulta en línea, ni siquiera por vía telefónica. El gobierno polaco publicó una circular prometedora en la que constaban una serie de implementaciones en materia de eSalud, que hicieron crecer las expectativas entre los ciudadanos pero que nunca llegaron a llevarse a cabo. Esta decepción continua podría explicar la regresión en dichas expectativas, observable durante estos 18 meses. En Noruega la comunicación se limita a la concertación de citas, pues la consulta sobre asuntos sanitarios personales es ilegal a menos que no esté acompañada de un complejo sistema de encriptación del mensaje, muy poco utilizado por lo general. Para terminar, actualmente en Portugal, a falta de una legislación específica, estas medidas están siendo discutidas.

Con respecto a las expectativas de futuro, en los siete países parece que hay pocas esperanzas acerca de una pronta llegada de este tipo de servicios en línea. Sin embargo, estudios más extensos deberían ser elaborados para esclarecer si estos datos hacen referencia a la capacidad del sistema sanitario de canalizar la demanda o si sería mejor poner en marcha un barómetro acerca de la intención ciudadana de utilizarlos. Del mismo modo hay que preguntarse si el retraso europeo en la implementación no tiene por consecuencia el descenso de las expectativas.

Por otro lado, sorprende el incremento del 3% que aparece cuando se trata de evaluar la importancia de disponer de estos servicios en el momento de elegir nuevo médico. El caso danés merece mención aparte, pues el uso y las expectativas son notablemente mayores. Cinco factores parecen ser cruciales: la legislación, los esquemas de reembolso, la seguridad y la confianza en el servicio, l portal eSalud y la madurez en el uso de Internet por parte de la sociedad.

En Dinamarca un acuerdo colectivo establece que todos estos servicios hay que ofrecerlos a partir del 1 de enero de 2009. Se pueden transmitir resultados de análisis clínicos, así como realizar consultas simples no urgentes. Éstas son reembolsadas a precio fijo, cosa no aplicable a la concertación de citas o a la renovación de citas, pues son considerados servicios generales. También se han incorporado medidas de seguridad en los portales de Internet.

Todas estas medidas técnicas y de seguridad son posibles gracias a la madurez de la sociedad danesa en la adaptación a  Internet y las nuevas tecnologías, que ha aumentado un 75% entre 2006 y 2007 las actividades diarias relacionadas con Internet.

En cuanto al perfil del potencial usuario, las variables más importantes son la edad y el nivel de estudios. Los más jóvenes de 25 años muestran interés en la renovación en línea de las recetas. Entre los 26 y los 35 el interés aumenta hacia la posibilidad de concertar citas en línea, mientras que una comunicación más constante y completa vía Internet resulta interesante para la población de entre 36 y 45 años. Respecto a la educación, sorprende que aquellos con una educación secundaria tienen más intereses que los encuestados con educación superior, posiblemente por la dificultad de los primeros de conciliar trabajo y vistas médicas, además de disponer de un poder adquisitivo menor.




Referencia bibliográfica

Santana, S.. Online Communication Between Doctors and Patients in Europe: Status and Perspectives. Journal of Medical Internet Research. 2010 [acceso 14 de septiembre]; 12(2):e20. Disponible en: http://www.jmir.org/2010/2/e20/HTML

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